La bella durmiente es tradicionalmente un cuento que habla sobre la llegada de la menstruación y la entrada en la pubertad.

También hay que hace referencia a la primera experiencia sexual, representada por el sangrado que ocurre al romperse el himen.

Es la historia de un padre que ama a su hija y al que le preocupan los peligros que pueda encontrar en el mundo cuando llegue el tiempo de ser mujer y él ya no pueda protegerla.

Un padre que hace lo posible por escapar a la maldición que le fue echada en la cuna, pero que no logra de ninguna manera parar lo inevitable: que su hija crezca, tenga su primer menstruación (o su primera experiencia sexual) y escape de su control paterno.

La niña, en lugar de morir, cae en un sopor profundo del que despertará siendo ya una mujer completa e integrada.

Cumplir la maldición fue la manera de librarse de la excesiva protección de su padre, pudiendo así continuar con su vida y caminar las etapas de su ciclo vital.

 

Preparando este curso, hablando con diferentes personas que han sufrido crisis vitales importantes, me contaban de la gran necesidad que tenían de dormir.

Muerte de un ser querido, divorcio, embarazo, todos son cambios vitales importantes en los que parece que que tuviéramos la enfermedad del sueño y no pudiéramos hacer otra cosa más que dormir.

Dormir en nuestra cultura, más allá de lo que mandan los expertos en sueño, está mal visto.

Es síntoma de ser vagos, pasivos, dejados.

Sin embargo, las personas sabias saben que cuando el cuerpo pide dormir, hay que dárselo.

Los estudios recientes aseguran que durante el sueño nuestro cerebro procesa las situaciones que ha vivido durante el día.

Cuando pasamos por situaciones difíciles, dormir se convierte en una necesidad para poder procesar correctamente y asimilar lo vivido.

Las abuelas lo dicen cuando se trata de bebés, que dormir “alimenta”.

 

La pubertad es la primera crisis fuerte del ciclo vital.

Es cierto que a lo largo de la infancia hay muchos momentos de crecimiento rápido, pero es en la pubertad cuando ocurren los cambios intensos en nuestro físico que nos sacan de la niñez para empujarnos cruelmente hacia la edad adulta.

La psique, que hasta entonces ha estado profundamente unida a los padres, comienza también a recorrer su camino hacia la independencia.

Sabemos que es una época de cambios profundos a nivel físico y emocional.

Sin embargo no es la única crisis que vivimos las personas.

A lo largo de la vida hay diferentes momentos que marcarán un antes y un después.

Momentos a través de los cuales iremos logrando poco a poco algo para lo que nos vamos preparando desde el momento en que nos cortan el cordón umbilical: la emancipación.

 

Porque podemos irnos de casa, casarnos o emparejarnos, e incluso tener hijos, pero seguimos sin emanciparnos realmente de los padres. El cordón umbilical emocional sigue sin cortarse.

 

Cada etapa del ciclo vital es un paso más que damos. Pero muchas personas se quedan atascadas en uno u otro paso si lograr salir al siguiente.

 

Con este Programa, queremos ayudarte a empoderarte, emanciparte y transformarte en la única y verdadera reina de tu vida.

 

Beneficios que vas a lograr con este programa:

  • Descubrir en qué etapa de tu ciclo vital te encuentras
  • Concretar tus debilidades y puntos fuertes
  • Fortalecer y potenciar tus debilidades y puntos fuertes
  • Podrás reconocer las crisis vitales a las que tendrás que enfrentarte en la vida y anticipar problemas y dificultades
  • Comprender en qué parte de tu camino de baldosas amarillas hacia la emancipación te encuentras
  • Clarificar los siguientes pasos/objetivos que necesitas dar/alcanzar para continuar caminando
  • Te sentirás mucho más relajada y descansada para continuar tu camino

 

 

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Si quieres saber todo sobre el programa #déjatedecuentos aquí tienes todos los enlaces.

¡Ah! Y si me dejas tu comentario al pie del artículo me hará mucha ilusión.

Un abrazo!

Mónica Álvarez

#elhadacolegiada

 

 

¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

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