Hoy vamos a hablar de Diana, arquetipo de la diosa salvaje. 

Me copiaría todo el capítulo, pero como no es cuestión, voy a seleccionar varios “trocitos” que representen el tema.

Como siempre, lo ideal es ir a la fuente y leer el capítulo completo.

(…) es lo que las mujeres “atenea” necesitamos recordar, valorar, recuperar y vivir plenamente”. (…)

(…) ¿Qué querríamos tomar nosotras, mujeres multifacéticas, de este espíritu indómito? (…)

(…) Esa capacidad innata para conectar con lo más profundo. (…)

(…) El conocimiento de las plantas, de sus propiedades nutritivas, médicas… (…)

(…) el conocimiento de los ciclos lunares (…) El vivir la menstruación como algo maldito y como un castigo propio de cada mujer, es algo que ya no necesitamos. Es una piel antigua que se nos ha quedado pequeña y de la que debemos mudar para asegurarnos el poder crecer como necesitamos. (…)

(…) Una mujer histerectomizada conserva el retazo energético de su útero, de sus ovarios. No tendrá unos órganos físicos dentro de su cuerpo, pero energéticamente, es cierto que ahí están, marcando pautas, ciclos dentro de su cuerpo. No es verdad que una mujer histerectomizada esté “vacía” por dentro. (…) Tal vez no menstrúe de una manera física, pero su cuerpo sigue recorriendo las lunas y los soles de la vida. (…)

(…) es lo que tiene la etapa fértil de la vida, el que habrá momentos de sangre y momentos de leche. Eso también lo tienen que aprender las niñas. (…)

(…) el inicio de las Matemáticas comenzó no de la mano de hombres eruditos y pensantes (como nos enseñan los libros de historia y filosofía) sino a través de las mujeres que observaban los días lunares, sus propios ciclos menstruales. (…)

(…) Esperemos que el arquetipo de Diana nos ilumine el camino como la luna llena, preñada y plena para que no nos perdamos en los océanos profundos del activismo ecologista y nos olvidemos de los ecosistemas más importantes: el de nuestra propia familia y nuestro propio cuerpo. (…)

 

Mónica Álvarez

¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

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