(…) Así tenemos a esta mujer de doble faceta: la reina majestuosa y solemne y la mujer traicionada por su marido, una y otra vez, despechada y desequilibrada que acaba cargando con las personas equivocadas también una y otra vez. (…)

(…) Sin tener que llegar a situaciones límite de maltrato, encontramos la historia de mujeres plagada de celos, envidias, venganzas, rencor… En lugar de formar tribus y ayudarnos entre nosotras, nos hemos pasado la vida (la vida patriarcal) luchando entre nosotras, a veces con razones fundadas y otras por tonterías. Típicamente por hombres que no se merecen ni un minuto de nuestros pensamientos y que logran acaparar nuestros ser entero y convertirnos en una especie de demonios puestos en nuestro propia contra. (…)

(…) La Hera de la actualidad te pregunta ahora mismo cuál es el tipo de pareja que quieres para vivir tu vida. Cuál el tipo de familia. Cómo quieres criar a tus hijos. Cómo quieres vivir en este mundo que es tu casa. (…)

(…) Es tiempo de que las mujeres nos cansemos de luchar entre nosotras. (…)

(…) Hemos vivido durante siglos en un patrón de pensamiento de escasez. Hoy poco, si comparto me quedo con nada, así que me guardo todo lo que pueda para mí. Es hora de cambiar de paradigma y pasarnos a la abundancia de bienes que nos reserva una tierra que crece con nosotros, que tienen amplios espacios para sembrar y recoger, para vivir. (…)

(…) La granada que porta Hera en sus imágenes, es símbolo de la sangre fértil y de la muerte (…) es a la vez símbolo de la abundancia, con sus múltiples semillas. Si de cada granada sembramos cada uno de sus granitos nacerán un montón de árboles de granada que a su vez darán múltiples frutos… ¿no es esto símbolo de la “Abundancia” con mayúsculas? (…)

Fragmento del libro El ombligo de Atenea.

Autora: Mónica Álvarez Álvarez

Puedes adquirirlo y leerlo completo aquí. 

¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

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