(…) Aunque ha pasado a la historia como “diosa del amor” hemos de recordar que el título no se refiere al amor romántico o amor platónico, sino al amor en el sentido de Eros, a la atracción física o sexual. (…)
(…) La diosa Afrodita nos enseña en la actualidad la importancia de desarrollar nuestra capacidad sexual más profunda. Pero no hablamos solamente de una sexualidad genital reducida a la cópula entre dos personas. Hablamos de cada una de las etapas del ciclo vital que atraviesa la mujer y el modo en que su sexualidad se manifiesta en cada una de ellas. (…)
(…) Durante mucho tiempo las mujeres hicimos responsables a nuestras parejas de nuestra satisfacción o insatisfacción sexual. Es hora de que tomemos el cetro de nuestro poder personal más íntimo y nos responsabilicemos de nuestro placer más físico y espiritual. (…)
(…) Toda nuestra vida es un canto a la sexualidad. No somos otra cosa que seres sexuales manifestándose en todas las facetas de la vida de una manera u otra. (…)
(…) Afrodita es también diosa de la creatividad. A veces, sentimos esa explosión de vida dentro que nos lleva a crear, da igual que sea un cuadro, una canción, un libro, un guiso, un nuevo proyecto, un hijo, un negocio que aumente nuestra calidad de vida dándonos más posibilidades para vivir bajo el aura de la creatividad y su potente foco de mil aumentos que magnifica y da mayor precisión a todo lo que hacemos en la vida.
Afrodita nos ofrece la olla alquímica en la que mezclar diferentes elementos y crear a partir de ellos algo completamente distinto a lo que teníamos. Es la diosa alquímica por antonomasia. Afrodita es la que nos inspira para crear, la que nos ilumina y nos hace sacar capacidades de donde ni sabíamos que había nada. cuántas hemos descubierto precisamente la maternidad como foco y motor alquímico de nuestras vidas (…)
(…) La maternidad que hace unas décadas era símbolo del poder patriarcal de reducir a las mujeres a “cuidar guaguas” (como aún se empeña en hacer ver alguna ministra retrógrada y pseudofeminista), antítesis del éxito personal y profesional, ahora mismo es la bandera que ondea en las casas de muchas mujeres que hemos encontrado en la maternidad y el deseo de pasar más tiempo con nuestros hijos el encuentro con el emprendimiento, la creatividad, la creación de empleo para nosotras y para otros, en definitiva, la libertad financiera. Qué gran paradoja, ¿verdad? (…)
Fragmento del libro El ombligo de Atenea.
Autora: Mónica Álvarez Álvarez
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