Estoy organizando fotos de los niños estos días (gracias a Ana Ramos y su Academia de Organización Eficiente) y me estoy encontrando momentos y rostros que ya no recordaba.

Hay muy pocas fotos mías, y aún me cuesta mirar a esa mujer tan feliz y a la vez tan abrumada por el trabajo del día a día con tres niños en casa.

Mi prioridad no era la limpieza y el orden. Mi prioridad eran mis hijos, que crecieran felices, con la suficiente estimulación a través del juego, dibujo, manualidades… Aunque ello supusiera sacrificar el aspecto de orden en casa.

Mi marido y yo siempre tuvimos claro que la casa es para vivir nosotros en ella, no para que luzca bonita cuando vengan las visitas.

 
Atravesamos etapas en la vida.
 
Mis hijos ahora son más mayores y tengo más tiempo para organizar y comenzar a poner mi casa como yo quiero.
 
La organización de los espacios tiene otras necesidades.
 
Ahora estoy en otra etapa: la de dar salida a los mil juguetes que todavía habitan por las esquinas con los que ahora ya nadie juega y que me resisto a quitar. Pero ésta es otra historia de la que hablaremos otro día.
 
Ahora mismo tenemos dos zonas de trabajo en casa: en el salón y en una habitación del piso de arriba.
 
No solo yo las utilizo. Mis hijas tienen sus clases, sus videoconferencias con sus amigas, su vida en ellas también. Así que toca de nuevo mutar, y convertir los espacios a las necesidades de todos.
 
En el reto hablaremos de todo esto. Porque nuestros espacios también evolucionan.
 
Son como las pieles de la serpiente que, aunque nos cueste, hay que dejar atrás para poder crecer.
 
Y eso supone enfrentarse a emociones y duelos para los que seguramente no tenemos palabras.
 
Si quieres que te ayude a poner palabras a las emociones que te produce reorganizar tu lugar de trabajo, vente al reto gratuito:
 
Te acompañaré a lo largo de una semana y te llevarás, además, tareas muy concretas para continuar trabajando en tu espacio después.
 
Y disfruta de esta experiencia a partir del 13 de julio.
 
Con cariño y emoción:
Mónica Álvarez
 
#Sintonizatudespacho
#Ethancon1año

¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

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