Estamos a punto de iniciar lo que hemos llamado “Operación Perséfone”.

Nos quitaremos kilos de patrones que ya no necesitamos y reescribiremos nuestra Historia de Poder, que podremos transmitir, libres, a nuestras hijas.

 

 

Hay quien hace la Operación Pañal, cuando el niño cumple dos años y llega el verano.

Quien se apunta a la Operación Bikini, en primavera, de cara a verano, para quitarse esos kilos de más que cogió en invierno, o en los años precedentes.

 

Yo te voy a presentar la Operación Perséfone, con la que viajarás en el tiempo hasta el momento de tu primera regla, y podrás aceptar y sanar lo que fuera que en ese momento (y los siguientes) resultó traumático.

 

  • Tal vez no te explicaron nada y te encontraste sangrando y sin saber qué hacer.
  • Tal vez te lo explicaron, pero “de aquellas maneras” y no te sirvió de mucho.
  • Tal vez recibiste una buena preparación en educación sexual, pero lo que viviste superó con creces lo que esperabas y te abrumó.

 

Menstruar no es agradable: sangre que no controlas, dolor, no poder ir a la piscina en verano, compresas incómodas, humedad, más dolor…

 

Las adolescentes de hace unas décadas no lo tuvimos fácil.

 

Tal vez había compresas modernas y tampax, pero nos faltó la presencia serena y tranquila de una madre reconciliada con su propia menstruación y su propia conciencia de su sexualidad.

 

No sé cómo fue tu experiencia.

 

De lo que estoy segura es de que te gustaría poder transmitir a tus hijas una vivencia de la primera regla, de la menstruación, y en definitiva, de la ciclicidad, mucho más positiva.

 

Te gustaría transmitir a tus hijas que somos mujeres cíclicas, que no es vergonzoso tener la regla, que más allá de la maldición bíblica recibimos con ella una serie de dones y regalos de los que nadie habla.

 

Porque no interesa que las mujeres estemos empoderadas en nuestro cuerpo, conozcamos nuestros ritmos, y las posibilidades inmensas que nos ofrece cada uno.

 

¿Y a ti?

  • ¿Te interesa empoderarte en tu propio cuerpo?
  • ¿Estar orgullosa de él en cualquier fase de tus ciclos?
  • ¿Transmitir a tus hijas esa imagen poderosa y emocionalmente segura?

 

Pues únete a la Operación Perséfone.

También es para ti.

Mónica Álvarez

Con Irene García Perulero

 

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¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

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