Emprendedora desde 2012, ayudo a otras mujeres desde mis conocimientos como psicóloga (N-01500) y terapeuta de pareja y familia.

Yo también fui una mujer asustada, dolorida, metida en una relación con mi casa basada en el servilismo y los convencionalismos sociales.

Aprendí que hay que limpiar y hay que hacerlo de una manera determinada. Tantas veces escuché eso de “yo no soy vuestra criada” que me lo creí.

Me creí que ser la persona encargada del hogar es la criada de todos, que tiene que perder su vida y sus aspiraciones por tener una casa “limpia como la patena”.

“Ser esclava de la casa” era el estado del que trataba de huir de todas las maneras.

Durante muchos años odié mi casa porque no quería vivir pendiente de la limpieza y porque mi casa era como un lugar hostil en el que no me sentía cómoda y a salvo.

Pero esto no es así. Descubrí que yo soy la dueña de mi casa, que ella me sirve a mí y a toda la familia y que solo necesita unos tiempos de dedicación al día por parte de todos para estar limpia y lograr que sea bonita y acogedora.

Todavía de vez en cuando tengo que luchar contra mis viejos patrones que surgen sin remedio. Pero ya no me peleo conmigo misma ni con mi casa. Igual que me reconcilié con mi aspecto físico, me he reconciliado con el suyo.

Y esto no se logra de un día para otro, ni ocurre porque sí. Es un trabajo personal arduo y constante que requiere del acompañamiento de personas expertas en diferentes áreas.

Aún me quedan muchas cosas por cambiar, pero ya no me siento una extraña ni en mi cuerpo ni en mi propia casa.

Me amo y amo el espacio en el que vivo.

Cuidarme a mí y cuidar mi entorno es algo que se ha convertido parte de mis autocuidados diarios.

¿Y tú?

¿Cómo vives tu relación con tu casa?

¿Es una relación sana o arrastras toxicidades antiguas?

Es hora de renovarse.

Lo que es adentro es afuera, y así como sientas tu casa, te sentirás a ti misma.

¿Te gustaría que te ayudara a cambiar tu relación contigo misma a través de tu casa?

Date de alta en el botón y reserva ya tu plaza en el reto que comenzará el 13 de julio.

Vamos a comenzar a sintonizar tu casa con una energía sana y abundante.

Y vamos a comenzar por una zona directamente relacionada con la generación de ingresos en la que pasas mucho tiempo cada día: tu despacho.

¿Te vienes?

Date de alta aquí y accede al Reto Gratuito “Sintoniza tu despacho”.

Un abrazo:

Mónica Álvarez Álvarez

¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

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