No sé cuántos días llevo aquí.

La cara del cadáver tirado en el suelo, el que ha sido “mi” rostro, ése que veía todas las mañanas en el espejo al afeitarme, cada vez me parece menos mío. Y no es por el golpe y por el deterioro físico que está sufriendo, sino porque cada vez me cuesta más identificarme con él, con la persona que yo era hasta hace unos pocos días. El hombre con planes, ilusiones y toda una vida por delante.

No. No estoy enfadado. O eso me parece. No puedo sentir rencor por la persona que me asesinó.  Tampoco siento alegría o cualquier otra emoción que me altere de alguna manera. Tal vez sea el trauma. Tal vez sea lo que me dijeron las personas que me hablaron al acabar de atravesar el túnel de luz (sí, todas esas gilipolleces que cuenta la gente sobre un túnel con una luz al fondo existen). Me han borrado la memoria de modo que recuerdo cosas generales del mundo de los , pero no recuerdo nada de mi vida. Y cuando digo nada es que no recuerdo ni quién era, ni qué vida tenía, ni cómo morí. Sé que ha sido un asesinato por el tremendo golpe que tiene el cuerpo en la cabeza. Una parte del cráneo se ha hundido y puede verse la materia gris mezclada con sangre y vete a saber qué más. Cuando pienso en la vida truncada de esa persona que fui, no puedo sentir ninguna emoción, pero es como si un poco de esa nata oscura se introdujera en mi corazón y lo estrujara. Si es que un fantasma puede llegar a sentir que le estrujan algo que no tiene. Pero la sensación sería ésa.

Así, esos seres me borraron gran parte de mis recuerdos y me dijeron que tenía que venir al mundo de los vivos para cumplir una misión relacionada con la persona muerta. Y que enviarían a alguien más para ayudarme. Yo sólo espero que ese otro fantasma venga pronto, porque me aburro un montón. Ya me sé de memoria la imagen del cadáver, los rastros y las pistas que la lluvia de ayer borró en gran parte, las huellas de la persona que lo arrastró hasta aquí y que se pierden más abajo en la orilla del río.

Así que me paso las horas haciendo lo único que puedo hacer: esperar.

Mónica Álvarez Álvarez

2020 (c) Todos los derechos reservados.

Queda prohibida la total o parcial reproducción de este texto.

 

Si no lo hiciste, lee la 1ª parte de este relato aquí.

¿Pero cómo vas a lograrlo si no te hablas con el dinero?

Desde aquel día en que os despedisteis enfadados no has vuelto a saber de él.

No le has llamado y no te ha llamado.

Es más, estás dispuesta a contar a todo lo mundo lo mal que se portó contigo.

E insultarlo, si la ocasión se presenta.

No puedes pretender que cubra tus necesidades si no podéis soportaros.

¿Te lo habías planteado así alguna vez?

Estás enfadada con él.

Dolida.

Jamás le hablarías si no fuera estrictamente necesario.

Y te fastidia aún más, porque sabes que lo necesitas tanto como él a ti.

A lo mejor la solución pasa porque pudierais volver a tener una relación al menos cordial.

No te digo que le abras de nuevo tu corazón.

Pero sí dar pie al menos para que pueda haber un trato mínimo.

YO ME OFREZCO A MEDIAR ENTRE AMBOS.

Puedo ser quien hable con él.

Quien hable contigo.

Quien lime las asperezas entre uno y otro

para que al final el acuerdo se pueda dar.

¿TE PARECE QUE PODRÍA SER UNA BUENA SOLUCIÓN?

Estoy dispuesta a trabajar duro para que podáis reconciliaros de verdad.

No será de un día para otro, pero se puede lograr.

DSC_0949
GridHada2.4
Enviar whatsapp
1
¿En qué puedo ayudarte?
Hola 👋
Soy Mónica Álvarez, ¿en qué puedo ayudarte?